Esto me pasa en los últimos años y creo que coincido con muchos historiadores.
Es inevitable pensar que, desde el atentado de las torres gemelas, el mundo está cambiando. Desde entonces se han sucedido atentados, en mayor medida en el próximo oriente y en contados pero sonados casos en el mundo occidental, principalmente Europa.
Madrid, Londres y ahora París son muestras de la violencia que está brotando desde el mundo musulmán y que se dirige hacia occidente. Y en occidente observamos como nuestras libertades se van "controlando" para no perder nuestra democracia y derechos.
Con estos elementos no podemos negar que el entorno histórico esta en continua mutación. Lo que importa en nuestro día a día está cambiando, las leyes que se escriben tienen un punto de partida y final distinto.
Ante los ataques a los medios de transporte el mundo occidental se ha adaptado con medidas de seguridad, en algunos casos asombrosas. A lo que podemos unir que no toda la población tiene la posibilidad, capacidad o necesidad de usar aviones o trenes. Pero, el ataque a los medios de comunicación y a la población civil de las grandes ciudades, da una vuelta de tuerca más a la sensación de miedo e inseguridad.
En este punto es importante el papel a interpretar por los gobiernos de las naciones occidentales. No dejarse llevar a soluciones incapaces y ofrecer seguridad a la población, pues el espacio occidental que conocemos hoy es el resultado de una serie de estados democráticos que garantizan la seguridad de los ciudadanos.
No debemos dejarnos llevar por el miedo a los fanáticos, lo que podíamos llamar en palabras de Todorov "el miedo a los bárbaros", y garantizar el mundo occidental tal cual conocemos, defendiendo la democracia y no tomando el camino del miedo y el autoritarismo.
En mi opinión es evidente que este tiempo entrará en los libros de historia, pero en los gobernantes y los ciudadanos está que pase como el fin de la democracia o como otra victoria de la humanidad frente a sí misma.
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