miércoles, 7 de enero de 2009

Interminable conflicto Israel-Palestina

Por la PAZ,
por un mundo sin violencia.
Que el dolor de los desfavorecidos,
nos incomode para Amar.
En la Esperanza... Paz.

Juan

Humanidad

ALMUDENA GRANDES. El PAÍS. 05/01/2009

La ministra de Exteriores de Israel dijo, horas antes de la invasión, que en Gaza no había crisis humanitaria y por tanto no era necesaria una tregua humanitaria. Hasta si su gobierno no fuera responsable ya de quinientos cadáveres, y de la indeterminada cifra de víctimas que se proyecta en el horizonte, sus palabras serían escalofríantes. En Gaza se hacinan, como en un campo de concentración, un millón y medio de personas cuya subsistencia depende de la voluntad de sus carceleros. Israel consintió que Hamás se presentara a las elecciones de 2006 para decretar, tras su victoria, un bloqueo económico tan brutal que, aplicado casi a cualquier otro lugar, constituiría en sí mismo toda una crisis humanitaría.

Cabría preguntarse qué es un ser humano para la señora Livni, porque no se trata de conceptos como seguridad, bienestar o garantías. Antes de que el ejército israelí arrasara Gaza por la fuerza, sus habitantes no tenían comida, ni agua ni luz eléctrica, ni medicinas ni combustibles, a veces durante horas, a veces durante días enteros. Cabría responderse por tanto, y ciñéndose escrupulosamente a sus palabras, que para la señora Livni, los palestinos no son seres humanos. Que una ministra de Israel, representante de un estado surgido del horror que estremeció al mundo al constatar que el pueblo judío había sido tratado como no humano por el III Reich, diga cosas así, es tan desolador que se comenta solo.

¿Y los demás? El problema es Hamás, dicen. ¿Y cuándo no existía Hamás? Entonces, el problema era Arafat. ¿Y de dónde salió Arafat? La violencia no sólo engendra violencia en Oriente Próximo, pero sólo allí se priva a las víctimas hasta del pobre consuelo de la palabra "desproporción". Cabría pensar que la culpa es de los propios palestinos, de esa terca insistencia suya en seguir siendo, pese a todo, seres humanos.


Agradecimiento a Almudena Grandes por poner palabras a lo que todos pensamos.

Y a Juan por pasármelo.

lunes, 5 de enero de 2009

Australia

Seguimos de cine. Ahora Australia, película que nos plantea la típica historia de los amores previsibles desde el principio. Estirada muchacha inglesa que se encuentra sola en mitad del continente australiano debido a la repentina muerte de su marido en un extraño suceso.
Este señorita en medio de su triste situación decide, por las indicaciones de un personaje lamentable (un contable borracho), salir a darle cara al mundo y realizar la última voluntad del difunto. En este transcurso conoce al hombre que menos tiene que ver con ella y al cual le pide ayuda. Con todo esto y como no puede ser de otra forma se enamoran.
En medio de todo esto un pequeño niño misterioso que le da unidad al hilo de la película.
Desde aquí se crea un triángulo de amor maternal y pasional, un quiero y no puedo estar a tu lado que termina evidentemente bien.
Y todo esto embellecido por casi tres horas de película.
Cualquiera que lea hasta aquí seguro que no paga los seis euros de la entrada.
Pero ahora viene todo lo bueno, una fotografía espectacular que saca el máximo rendimiento a los paisajes australianos, puestas de sol, praderas, árboles y animales que son una auténtica delicia.
Y, en mi opinión (que no es la de un experto), un magnífico encuadre social de este país que aún pertenecía a la gran metrópoli que era Inglaterra justo al inicio de la Segunda Guerra Mundial, aspecto que también esta presente, creando cierta tensión exterior en el trascurrir de la cinta.
El director pretende mostrar parte de historia de este gran pais habitualmente olvidado por la lejanía.
Australia que también vivió en la separación de razas, la anglosajona, teóricamente superior y la raza nativa aborigen. Situación que para desconocimiento de muchos se mantuvo hasta los años setenta y que terminó con una disculpa formal por parte del gobierno en 2008, por todos los crímenes llevados a cabo.
Una vez me dijo alguien que no hay forma mejor de conocer una ciudad, un lugar o una tierra, que siendo guiado por alguien que verdaderamente ame ese sitio. Esta película puede tener muchos aspectos negativos, pero realmente su creador ama su tierra y de una forma o de otra, cuando termina la película, el espectador sale pensando de otra forma sobre Australia, ese espacio tan grande y a la vez tan desconocido.