domingo, 28 de diciembre de 2008

Yes, He Can

Acaba el año 2008, y siempre en estas fechas nos paramos, al menos un segundo a pensar en estos casi 365 días que han pasado. Es cierto que a la reflexión nos suele ayudar un periódico, revista o pasquín.
Algo así me ha pasado esta mañana de Domingo, compré la prensa y me senté a devorarla (en lo que a lectura se refiere), sentado en mi habitación.
Uno de los temas más recurrentes este año han sido las elecciones noreteamericanas. No debemos olvidar que siempre son unacontecimiento mundial, pues EE.UU. es la primera potencia mundial y lo que allí pase nos afecta sí o sí. Pero este año reunía ciertos aspectos que la hacían más interesante e importante para el general de la población mundial. Por una parte el final del mandato de George W. Bush que se ha portado como el emperador que se creía ser, la decisión divina de que tomara el cargo y el trono que ostentaba lo hacia sentirse en posesión de la verdad y capaz de dar y quitar (sobre todo quitar) la vida. Pero el otro aspecto de interés y lo realmente importante en mi opinión ha sido el proceso de elección de Barack Husseini Obama como presidente de EE.UU.

Desde hace años no suelo creerme nada de lo que dice la publicidad, sobre todo política, y no me gusta la forma de ser y de"venderse"de los norteamericanos, pero tengo que afirmar que la figura del presidente electo, empieza a fascinarme. Reúne una serie de condiciones que lo hacen ser una verdadera esperanza para su país y lo que nos toca como súbditos.
Partiendo del color de la piel de este señor, cosa que salta a la vista, pero que no es sencillo, en un pais que hasta hace muy poco tiempo existía una segregación racial de hecho y que se mantiene en ciertos lugares de forma tapada. El Ku-Kux-Klan aún tiene fuerza en la América profunda y ciertas actuaciones y formas de ser mantienen esas diferencias. Pero Obama se ha puesto por encima, ha buscado la forma de intentar aunar fuerzas en lugar de dividir, otro punto que le doy en su favor. En un mundo en el que prima la diferencia, la ventaja de unos frente a otros, la degradación del diferente, por razones de color, religión, ideas o dinero, aparece un señor que desde su puesto, al menos de momento, parece que trabajará desde la intención de cambiar la forma de actuar. Que parece no situarse en el blanco ni en el negro, si no en el gris.

Hace unas semanas asistí a un curso en el que hablando sobre otro personaje totalmente diferente, se hablaba de las experiencias vitales, es decir, aprender no tanto desde los libros si no desde lo vivido. Si vemos a Obama desde ese prisma tenemos un niño negro, de padre negro keniano (emigrante), madre blanca de padre militar. Cuyos padres se divorcian y termina viviendo con su madre y su nueva pareja en Indonesia, donde convive con niños de diferentes clases sociales jugando en las calles. Vuelve a vivir con sus abuelos maternos a Hawai, estudia en diferentes universidades, y decide que las leyes son para trabajar junto a los desfavorecidos. Es decir un conjunto de diferentes vivencias que le hacen ser una persona de una mentalidad, al menos aparentemente, intercultural y abierta. Con grandes dosis de saber ponerse en la piel del otro y ver su propia exitencia desde fuera.

Evidentemente este señor tiene muchos caráteres del estadounidense tipo, eso es irremediable. Pero nos aporta grandes dosis de confianza.

Posiblemente desde el día 20 me sienta engañado, eso también será normal, pero hasta entonces... Yes, He Can

viernes, 26 de diciembre de 2008

Algo más de esos amigos...

Educar es lo mismo
que poner motor a una barca...
hay que medir, pesar, equilibrar...
...y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino...
un poco de pirata...
un poco de poeta...
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.

Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada.

Gabriel Celaya

De unos amigos...

Hay especialistas en todo. Ingenieros y exegetas, maestros del cincel y la viruta o de la programación de las computadoras, defensores de la alegría y empresarios del amor,... Y en la casa de los colores, cada uno trae consigo su mejor luz, servida en un frasco que al destaparse se mezcla con el resto formando imágenes o expresando tonos aún por descubrir. Dice Galeano, que desde el cielo, los humanos somos un mar de fueguitos; pues desde dentro, en la casa de los colores, somos chispas de amarillo soleado, de verde esperanza o de morado reivindicativo.
Pero no podemos evitar pensar que ningún color es mezcla de sí mismo, caeríamos en la vanidad absoluta. Ninguno pinta nada por sí solo, hasta los colores primarios necesitan de la luz para explotar y rellenar formas y siluetas.

Así que aquí estamos de nuevo, reinventando y acogiendo nuevos colores en la casa. Algunos ya no están pero no se han ido, han dejado su tonalidad en nosotros. Otros llegan con ganas de pintar y ser pintados, de manchar y de aportar su tinte, de sentirse acogidos en la casa de los colores.

¡Hay tanto por pintar en el mundo! dice el Gran Pintor que nos convoca.

Cambiad el gris de los olvidados, de los que no cuentan para nadie en esta sociedad. No permitáis que se vuelvan invisibles en vuestros corazones.

Apaciguad el rojo de los que sufren en el día a día, las guerras cotidianas de las bombas, el hambre y la injusticia.

Haced brillar el amarillo pálido de los que se apagan, de los que asumen el "las cosas son así y punto", porque no es cierto; hay mucho por hacer y todo por transformar.

Traed a la retina el azul del mar que nos separa de tantos que necesitan. No sólo los que están a nuestro lado y no los descubrimos, sino los que viven en ciudades cuyos nombres no sabemos pronunciar ni señalar en el mapa de la vida.

(...)

Y aceptar el enorme reto de ser color en la vida de los otros, asumir la tarea para la que fuimos creados.

(Tom Thumb, de las cartas de la Calle de la Desolación)

jueves, 25 de diciembre de 2008

La última lección

"No podemos cambiar las cartas que se nos reparte, pero sí cómo jugamos nuestra mano".
Esta es una de las frases que nos regala Randy Pausch en el libro cuyo título coincide con el de este post.
A primera vista este nombre no nos dice nada al público en general y menos a los de nuestro país.
Randy Pausch es profesor de una Universidad en EE.UU., ha trabajado para Disney y ha preparado a algunos de los mejores profesionales de la informática de su país y del mundo. Casado con tres hijos. Una vida por una parte normal y por otra completa, tiene todo lo que un hombre puede desear.
El problema viene cuando le diagnostican un cáncer con el que lucha durante años, momentos mejores y momentos peores, duros tratamientos de quimioterapia que concluyen en la triste noticia de que le quedan meses de vida, y no hay solución posible.
Ante esa situación muchos no sabríamos como reaccionar, posiblemente lo hayamos pensado muchas veces y cada vez le daríamos una respuesta diferente.
Pero en esta historia real la solución fue sensata y serena, aunque evidentemente triste.
Randy decide dejar el mundo lo mejor posible para sus hijos y su mujer, arregla papeles, hacen mudanza e intenta aprovechar el tiempo que le queda.
En este momento se ponen en contacto con él para que de una charla en Carnegie Mellon. Esta clase magistral tendrá que ser su última lección, que diría si supiera que es la última vez que podrá expresarse ante un público atento y respetuoso. En esto participaron muchos otros profesores pero para ninguno de ellos iba a ser realmente su última lección.
Randy Pausch decide que su última clase no estará destinada a ese público, si no a sus hijos, con los cuales no podrá compartir tantos momentos propios de padres e hijos.
Resulta impresionante como muestra una vida de trabajo y de felicidad por lo que hace, disfruta con su trabajo a pesar de una enfermedad que le traera la muerte en poco tiempo.
Me impresiona y me hace pensar, si tuviera que dar una charla poco antes de morir, ¿que diría?, que aportaría al mundo, a quien se lo dedicaría. Aunque tampoco sabemos como reaccionaríamos, como sería nuestra vida...
Es un libro que me hace pensar y creo que se debe leer más de una vez para poder pensarlo en diferentes momentos de la vida.
Deja para el recuerdo grandes frases y además abre un círculo de optimismo....

www.cadenadeoptimismo.org

En esta página puedes encontrar mucha más información.
Quizá esto hace que me guste más, una cadena de optimismo, pensar en positivo, aprender a tomarnos las cosas de otra forma, Randy es un ejemplo para muchas cosas, para conocerlo, el libro.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Libertad de expresión, de opinión,...

La democracia ha sido la lucha más importante de las gentes de los últimos siglos. La historia va evolucionando y en ese constante cambio es posible que descubramos o inventemos algún otro tipo de gobierno que consideremos mejor que este, es posible y es algo que realmente no me preocupa.
Dentro de la democracia exiten muchos derechos que insistimos en mantener, entre otras cosas poder movernos por nuestro país sin ser interrogado, detenido o torturado por ello. Poder casarnos o divorciarnos, poder creer en lo que queramos sin tener que morir en el intento o sin mofa pública. Todo esto podríamos reunirlo en la Libertad de Expresión.
Hoy día canales de televisión y de radio, páginas web o publicaciones escritas insisten en la libertad de expresión o libertad de prensa para poder decir o publicar casi cualquier cosa, y el público general tiene que soportarlo con entereza. No se que libertad de expresión es hablar continuamente sobre la vida de unas personas que no hacen nada a parte se eso, vender su vida.
A lo mejor sería interesante hablar de personas cultas que estudian, leen, dan clases, etc. más que nada por si se nos pega algo.
La libertad de expresión en definitiva esta en buena forma, podemos publicar nuestras opiniones en un blog como este, comprar el periódico más afín a nuestras opiniones o escuchar lo qeu nos plazca. En el momento de la historia con más posibilidades de información, alguien puede informarse sólo de fútbol si quiere, si sabe elegir los medios adecuados.
Pero hay algo de esa libertad de expresión que me preocupa, aquellas personas que reclaman su derecho de desinformación, es decir, aquellas personas que se niegan a recibir información sobre ciertos aspectos de la vida diaria, política, económica, etc.
Por así decirlo la consideración de la libertad de expresión de otros como atentado a mi propia libertad. Se está consiguiendo en los juzgados que se reduzca de algún modo nuestra libertad de expresión por ser un atentado contra la sensibilidad de otros.
Podemos encontrar infinidad de ejemplos, por dar algunos que han levantado mucha polémica podemos encontrar la retirada de cricifijos de un colegio de Valladolid. Realmente no me preocupa demasiado que en un colegio se cuelguen crucifijos o no, lo que me preocupa es que en esa pared quien decide es el Consejo escolar del centro, no un padre que decide recurrir a la justicia por que ese crucifijo atenta contra su hijo. Un padre puede más que un colegio, si ese consejo escolar hubiera retirado los crucifijos tres años antes se hubiera hecho con normalidad, pero porque hubiera sido una decisión consensuada, no una orden.
Otro ejemplo de actualidad es el caso de los muertos de la Guerra Civil, las personas de bien nos vemos en la obligación de recuperar a todas aquellas personas que han muerto, y más aún por culpa del estado o de una guerra sin sentido, no importa de que bando fueran, todos debemos poner de nuestra parte para aue los hijos recuperen a sus padres y madres, las esposas a sus maridos y los nietos a los abuelos.
No podemos ni debemos entrar en la discusión, muy común por muchos que se dan de democratas, de que además tal bando o tal otro eran el bueno o que unos mataron más o menos. Lo que nos interesa es devolver a cada persona a su familia, que son los realmente afectados, y no detenernos simplemente porque alguien cree que lo mejor es olvidar. Tú que estás leyendo esto ¿podrías olvidar a tu padre?
Estos son sólo dos ejemplos, podemos buscar y encontrar muchos más, pero estos casos ejemplifican como mi sensibilidad puede o quiere cortar la libertad de expresión de otros.
Debemos empezar una reflexión personal sobre donde empieza y donde termina mi libertad de expresión y la de mis conciudadanos.
Se dice que nunca se sabe lo que se tiene hasta que se pierde y estas intromisiones en nuestro derecho a hablar y expresarnos pueden terminar en un cambio de sistema de gobierno, en un cambio de la sociedad, hacia un mundo sin opiniones, pues ellas podrían afectar a algún interlocutor hipersensible.
Un mundo aséptico en el que nadie moleste a su vecino, pero claro, en el momento en el que yo no puedo expresarme quizá se esté atentando contra mi persona...