miércoles, 10 de abril de 2013

Soluciones que nos quedan

Era una tarde del pasado Marzo. Además era una tarde bastante agradable, de esas que se dan al principio de primavera y que da gusto pasear y disfrutar de las calles de Málaga.

De esta forma, aproveché que tenía que ir a una de mis clases de Ciencias Religiosas en el obispado, realicé lo propio. Desde el parking de la Alcazaba me encaminé hacia mi destino.

Cuando pasaba por el frontal del cine Albeniz, y revisaba furtivamente las películas, muchas de ellas independientes, escuchaba como un señor tocaba el acordeón y rogaba una propina a los turistas que disfrutaban de las terracitas de los bares malagueños.

Un par de pasos más y me crucé con dos muchachas jóvenes de algo más de veinte años. Hablaban de sus cosas y al pasar a mi lado le decía una a otra, mientras observaba al músico: "Voy a tener que aprender a tocar la flauta o el acordeón o algo..."

Esta puede ser la reflexión que le queda a muchos de nuestros jóvenes o no tan jóvenes. Aprender a pedir limosna o propina por entretener o dar pena a las clases pudientes o a los turistas, que son los únicos que va a disfrutar de nuestra tierra.

Poco nos queda por hacer si las decisiones de aquellos que gobiernan es crear más diferencias entre ricos y pobres, recortar a los recortados mientras "esperan" que los beneficiados de estas medidas inviertan en una economía en proceso de muerte por colapso. Donde no hay dinamismo y no existirá recuperación en 2014, pues esa recuperación sería resultado de un sueño. Para recuperarnos debemos producir algo, y nuestra producción no existe. Sólo pisos, que sobran, sol, playa y campos de golf. El tema será complicado.

Siempre nos quedará aprender alguna profesión para entretener y divertir al rico o al turista; seremos payasos, equilibristas o trileros, profesiones de futuro.