martes, 19 de noviembre de 2013

Sin darnos cuenta...

Decía el ex-vicepresidente americano Al-Gore, en su documental "Una verdad incómoda", que una rana que cae dentro de una olla de agua caliente, rápidamente salta de ella al notar el calor. En cambio, si la rana ya está dentro y el calor aumenta paulatinamente el animalito seguirá dentro sin darse cuenta.

Algo así esta pasando en nuestro moderno mundo actual, nuestro mundo de la democracia y el bienestar. En pos de cuidar la democracia, la libertad y el bienestar nuestros gobiernos están acabando con ellos.

Andaba el año 2001 cuando el atentado de las Torres gemelas empezó a cambiar la forma de ver el mundo. Creemos que nuestros gobiernos miran por nuestro interés y seguridad, que nos defienden de "los otros", y a cambio nosotros permitimos perder algo de nuestra libertad, pues consideramos que así salvaguardamos nuestra vida. Tzvetan Todorov defiende en un de sus obras que el miedo al otro, al "enemigo" nos convierte algo más en lo que detestamos. Y nuestro mundo va perdiendo libertad "voluntariamente", para que no nos quiten la libertad.

Robespierre, con intención de defender las libertades revolucionarias, se dedicó a limpiar Francia de posibles enemigos de la revolución, abandonó las ideas de libertad e igualdad.

Nuestra España actual ha decidido ir acabando con diferentes derechos, en teoría en defensa de la libertad. Ejemplos de leyes necesarias tenemos la regulación anti-botellón, para defender el buen estado de nuestras ciudades y la tranquilidad de muchos vecinos, hemos terminado con el derecho de poder beber mientras camino por la calle, e incluso con alguna forma de libertad de reunión.

Ahora el gobierno da una vuelta de tuerca más, para evitar a indeseables que se quejen en contra de sus estupendas leyes, empezarán a prohibir diversas manifestaciones, quejas y reuniones que se muestren cerca del parlamento, lugar en el que trabajan los políticos. Supongo que la intención será que nos quejemos mientras están en un bar, pero claro eso es un escrache, lo cual también se va a prohibir.

Además también se va a ir regulando el uso de internet y las redes sociales. Si a esto sumamos que diferentes gobiernos del mundo nos espían y controlan lo que hacemos y decimos, podemos afirmar que nuestra libertad se está agotando.

Libros como 1984 de Orwell, nos dejan ver un mundo hipercontrolado. Algo parecido a lo que vemos en la película V de Vendeta. Pensábamos que eso no podía ocurrirnos a nosotros.

Sin darnos cuenta, está un poco más cerca.