lunes, 9 de diciembre de 2013

In time

Hace ya un tiempo que no escribo sobre una película. Es verdad que el cine no está como para ir por gusto, y que el tiempo que puedo dedicar a este tipo de ocio se ha visto reducido, con gusto, por otros quehaceres.

El tema es que hoy nos hemos sentado en el sofá, hemos buscado alguna película que ver y hemos encontrado esta, In time. Es cierto que en un primer momento pensaba que era otra, buscaba terminar una historia que hace meses dejé a medias. Pero no ha sido así, aquella película ha quedado inconclusa en mi recuerdo y en cambio he abierto otra (por suerte esta la he terminado).

No os voy a llevar a engaño, no sabía nada de ella. No recuerdo sus anuncios en televisión y jamás leí ninguna de sus críticas. Es más, posiblemente mañana cuando me levante no recuerde mucho de su trama, pero me ha llegado algo de su mensaje.

Por poneros algo más en situación, es una película de ciencia-ficción, plantea una realidad bastante difícil de llevar a cabo hoy por hoy. El ser humano ha sido modificado genéticamente para no envejecer más allá de los 25 años y, una vez llegados a esa edad, tiene un año de vida. Para poder alargar su vida debe trabajar, de forma que su salario es tiempo. Con el tiempo que tiene puede hacer cualquier cosa que le parezca, pero lo más hábil es seguir buscando la forma de ganarse la vida, nunca mejor dicho.

No busquéis un peliculón, ni grandes personajes, ni una superproducción o una gran inversión. La película pasó y pasará inadvertida pero esconde algo. El trasfondo no es más que la vida del hombre en sociedad.

Los poderosos frente a los desposeídos. Tanto es así que están desposeídos de su propia vida. Se les regala la eterna juventud, muy propio del siglo XXI, y a cambio se les da un tiempo limitado que tendrán que usar para sobrevivir todo el tiempo posible. El ansia de la supervivencia frente al drama de tenerlo todo, tanto que hasta la vida eterna.

Actualmente, que yo sepa, no se puede comprar la vida eterna. No se ha descubierto la fuente de la eterna juventud. Lo podemos falsear con operaciones, programas de ordenador o con la televisión.

In time no habla de juventud ni de supervivencia. Habla del reparto de las riquezas, de los que tienen tanto que viven una vida irreal, despersonalizada. Y de aquellos que tienen tan poco que el sistema económico establecido los usa sin valorar su persona, sólo son herramientas de los que lo tienen todo y quieren más, aunque no sepan porque. Y estos que lo tienen todo, saben que necesita que muchos no tengan nada para seguir usándolos. Necesitan personas que dejen de serlo para poder ser ellos también menos personas.

Necesitamos un mundo con más personas que vean al prójimo como alguien necesario, no por lo que hace si no por lo que es. El mundo debe entender que más allá de la economía que hemos creado y del poder que tantos desean hay elementos básicos para que el lugar en el que vivimos sea más habitable.

Creo que escribía sobre una película...