El plumero

Sí, creo que se me va a ver el plumero, he intentado ser relativamente imparcial en relación a mis tendencias políticas, pero poco a poco van saliendo reflexiones que dejan ver más claramente lo que pienso.

Lo que ocurre es que hay temas que me cansan más. Cosillas que no llego a entender, o quizá sí, pero me cuesta verlo de otra forma.

Uno de esos temas es la religión y la vida pública, de lo cual ya he hablado en otros momentos, pero realmente no puedo entender en que bando esta el mensaje del evangelio.

Jesús dejó su Palabra, y esta fue recogida en los evangelios. En esos escritos habla de la igualdad de todos los hombres, de la opción por los pobres, de los fariseos y los hipócritas, y sobre todo del amor.
Para todo esto tenía claro la necesidad de cambiar el mundo y, creo que para cambiar el mundo lo necesario es el progreso. Evidentemente el progreso puede ir en varias direcciones.

Con todo esto no puedo entender,y creo que me estoy repitiendo, el lugar que ocupa la religión, Jesús en definitiva, en el mundo. Digo Jesús y el Evangelio y no digo la iglesia (aspectos uno más general que el otro).

La Buena Noticia es para todos, por supuesto, pero más aún de los débiles, los niños, los pobres, los enfermos, todos ellos nombrados específicamente en los evangelios, y no de los ricos, aquellos que debían vender lo que tenían y que no podían servir a Dios y al dinero.

Esto nos puede llevar a pensar en quién debe ser el destinario del voto del cristiano, para mí no es tan importante que un partido no defienda a la iglesia,por que para defender a la iglesia ya hay cristianos, muchos. Yo, como cristiano, quiero un partido que defienda a los pobres, a los obreros, a los apartados, a los niños (que no son criminales), que crea en una sociedad mejor, en un mundo mejor, aunque meta la pata. Quiero creer que eso es lo que me pide el Evangelio.

A lo mejor esto lo veo así por que vengo del mundo obrero, de un mundo sin ricos y donde he visto que los ricos no son los buenos y que el cambio es bueno, progresar, cambiar.

¡BENDITO CAMBIO!