miércoles, 9 de diciembre de 2009

Regalando premios

Hace unos días el mundo andaba espectante, no sabían quien sería el afortunado, cada cual hacía sus propias apuestas basándose en unas u otras razones hasta que se filtró la información: el balón de oro sería para Messi. Con ello corrieron rios de tinta, venga periódicos, venga noticias y tertulias, como si a todo el mundo le importara el futbol tanto como la crisis o los casos de corrupción que asolan los ayuntamientos y diversos gobiernos españoles de diferente signo.
Pero es que es verdad que en nuestro mundo, y no habló del planeta Tierra, que bien visto es el único que conocemos con vida, en el mundo actual nos encanta dar premios por todo.
La palma se la lleva el deporte pues no sólo las medallas olímpicas o de las competiciones oficiales que son para nosotros ejemplo de superación y de trabajo duro, además balones de oro, reconocimientos al deportista de nuestra ciudad, etc., etc., etc.
Podemos incluir premios literarios,algunos ganados con el sudor de tus manos al teclear el ordenador (hoy ya lo de escribir con boli o máquina de escribir no se estila y con razón) o ganados con muchas reuniones y muchos amigos que te lo consiguen, pues de otra forma para muchos sería complicado.
Pero, para mí, los más importantes serían aquellos que se entregan a labores culturales o humanitarias, como grandes ejemplos el Príncipe de Asturias y el Premio Nobel.
En el primer caso, en España, tenemos la suerte de hacer desfilar año tras año alas mayores personalidades del deporte (otra vez), la cultura y el saber.Unos muy conocidos y otros menos pero todos importantes por la labor que hacen día a dia por mejorar el mundo en el que estamos,desde Woody Allen a las Hijas de la Caridad y mira usted si hay diferencias entre uno y otras.
El caso de los Premios Nobel algo parecido o mucho más, quitando las manías matemáticas del fundador, se reconoce la tarea de mucha gente que trabaja como el caso anterior para superarse y para conseguir la superación de los humanos dando pasos para ir más allá.
Tanto van más alla los premios que en alguna ocasión han dado el premio no a lo conseguido si no a lo prometido, y el caso más clamoroso ha sido el de Obama.
El actual presidente del Imperio que nos gobierna en esta era sólo ha prometido que acabará con la guerra, que trabajará por un mundo más justo, etc. promesas muy importantes pensando en el poder de este buen señor y en la tarea del que lo precedió, sí muy ilusionante, y yo soy el primero que cree en la buena labor que puede llegar a cabo.
¿Cual es el problema? Simplemente que recién nombrado el premiado por la Paz, va y aumenta las tropas en la guerra más discutida de la historia reciente.

¿Quizá no sea lo más coherente no?¿Quién se equivoca Obama o el Nobel?

Posiblemente los dos.

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