jueves, 28 de febrero de 2008

El contrato

Hace días intenté escribir algo sobre el tema, pero mi cabreo fue tal que no tuve más remedio que dejarlo.
Con que cara un político, como promesa electoral, mantiene que pedira a los inmigrantes un contrato para que se comprometan a ser buenos ciudadanos, a trabajar para nosotros, no quejarse por no tener los mismos derechos que los nacionales a pesar de trabajar más y encima tener la obligación de bailar unas sevillanas cuando lo estimemos oportuno aunque esten faltos de ritmo y no les guste bailar.
Esto son palabras de hace muchos años, políticas que creíamos o por lo menos yo creía desaparecidas.
Esta es la sociedad del futuro, la sociedad de la libertad.
Lo siguiente que será, volver al voto censitario en el que sólo puedn votar las personas que reunan ciertas características como por ejemplo...su capacidad económica (¿?).

Podemos empezar a pensar contratos en los que los ciudadanos nos comprometamos a realizar ciertas actividades:
Nos comprometemos a votar sólo a dos partidos, o a uno.
Nos comprometemos a trabajar sin quejarnos por un sueldo por debajo de los mil euros trabajando 10 horas al día seis días a la semana (o siete)
Nos comprometemos a no quejarnos de las diferentes acciones de las empresas a los trabajadores... o a los consumidores, aunque nos cobren más de lo que deban o nos hagan promesas que después no va a cumplir.
Pero tranquilos todo esto es por el bien del país, claro que yo me pregunto que quén será ese señor, País, que coge todas las mejoras por que lo que soy yo no huelo ninguna.

Otros contratos serían más interesantes: desde los maltratadores o los "compañeros" de cole o del trabajo que nos hacen la vida imposible, comprometiéndose a dejarnos en paz; o a los políticos prometiendo que no van a robar mientras estén ofreciéndonos un servicio o, simplemente, que cumplan sus promesas después de habernos prometido algo, y algo real.

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