jueves, 14 de febrero de 2008

La utilidad

La campaña electoral es para todos un momento de escuchar a otros, debatir opiniones, reflexionar y finalmente ir a votar. Es el momento en el que se demuestra que la democracia sigue vigente escuchando a los ciudadanos.

Es cierto que nosotros, los votatntes de a pie, que no tenemos afiliación política, vivimos más alejados de todo el ajetreo de la campaña, sólo nos dedicamos a ver por televisión lo que nos cuentan las partidistas cadenas.

Pero finalmente llega el día de votar y aún nos quedan dudas, buscamos las razones de los cuatro pasados años, las falacias de la pre-campaña y los ruegos de la campaña. Sí, digo ruegos, por que los políticos ante la agonía de la derrota buscan cualquier razón para convencer al ciudadano, y la más recurrente es el voto útil, si no acompañamos con la elección de un partido con posibilidades caeremos en las garras del otro, no importa nuestros ideales, lo importante es que el ogro, el enemigo común, se quede fuera.

El utilitarismo actual, la filosofía del kleenex, sólo aquello que necesito es útil, lo que me hace recibir por encima de dar, asegurarnos el sustento propio por encima de aquello que nos hace humanos y nos diferencia de los animales.

Y en relación a estas elecciones que vienen y a todas las que se han hecho en España, no construimos con nuestro voto, no votamos a quien nos parece mejor, al contrario sabemos a quien no queremos y en consecuencia votamos, no votamos por el sí, votamos en el no.

Se extiende la idea que la política esta alejada del pueblo, que no saben hacer la política más adecuada, que están lejos; y las únicas soluciones son o no votar, momento en el que estamos apoyando un sistema del que estamos descontentos o apoyamos a alguien sin convicción sólo por que no salga nuestro enemigo. Quizá un día podríamos valorar votar en blanco, no votar a nadie pero votar, así un día la clase política de nuestro país entendería que esta forma de trabajar, esta forma de gobernar o de hacer oposición no gusta a nadie, o al menos no gusta a la mayoría.

Quizá en ese punto este la utilidad, en sentir que mi voto apoya mis convicciones, las de construir.

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